Prueba de la Moto Morini Calibro: ¡el crucero que impresiona!
¿Te suena la Moto Morini Calibro? Si disfrutas de las escapadas en moto, seguramente te interesará conocer más. Imagínate recorriendo la carretera con el viento en el cabello y el sol brillando (o tal vez no, considerando que nuestra prueba se realizó en pleno diciembre en los Países Bajos, a temperaturas bajo cero). Pero, ¿qué tal es realmente esta máquina? ¿Será que despierta al motociclista apasionado que llevas dentro? Vamos a averiguarlo.
Un acabado que deja boquiabierto
Desde que pongo mis ojos en la Moto Morini Calibro, no puedo evitar un «wow». El acabado es simplemente perfecto. Estamos hablando de pintura impecable en los guardabarros, el tanque, el cúpula del faro… Todo es impecable, incluyendo detalles como el tablero minimalista, los reposapiés, e incluso las aletas de refrigeración. Todo está cuidadosamente trabajado, nada que criticar. En la parte delantera, las luces LED añaden un toque moderno al look vintage, con un anillo DRL de lo más elegante. La moto tiene un aire «clásico pero actualizado», ¿me entiendes?
Un motor que te lleva a otra dimensión
Bueno, ¿y qué tal bajo el capó? Encontramos un bicilíndrico en paralelo de menos de 700 cc que definitivamente tiene carácter. Si conoces los motores de la X-Cape 650 o de las Seiemmezzo SCR y STR, notarás una similitud familiar, pero con algunas modificaciones. El motor pasa de 649 a 693 cc, lo que proporciona un agradable incremento de potencia (69 caballos y 68 Nm de par) que marca la diferencia.
Pero cuidado, al principio, antes de subir de revoluciones, sentirás unas pequeñas vibraciones a baja velocidad. Es un poco desconcertante cuando conduces suavemente por debajo de 3,000 rpm. Nada grave, todo desaparece cuando giras el acelerador y sientes que la moto empieza a responder. A partir de 3,500 rpm, sientes la potencia, con un motor más reactivo y un escape que produce un gruñido agradable. Todo ello se combina bien con la caja de cambios de seis marchas que, aunque un poco lenta, es precisa y agradable de usar. Y honestamente, la transmisión por correa es súper fluida, es un verdadero placer.
Confort y ergonomía: una moto accesible
En cuanto al confort, la Calibro no se queda atrás. El asiento está a una altura de 725 mm, lo que la hace accesible para casi todos. Para mí, que mido 1.70 m, es perfecto. La acolchonada es excelente y el respaldo muy sólido. Puedes conducir durante horas sin demasiadas molestias. Los reposapiés están bien posicionados, ni muy bajos ni muy altos, permitiéndote mantener un control óptimo. En cuanto a la posición de conducción, es ligeramente deportiva gracias a un manillar ancho y curvado. No estás reclinado completamente hacia atrás como en un cruiser tradicional, pero tienes ese toque relajado que nos encanta.
La Calibro en la carretera: rendimiento y sensaciones
En la carretera, la Moto Morini Calibro cumple con creces. La horquilla delantera de 41 mm y los amortiguadores traseros hacen su trabajo sin problemas. Incluso con neumáticos Timsun, que no son los más conocidos, debo admitir que quedé gratamente sorprendido. No hay deslizamientos ni sorpresas, la moto se mantiene estable, incluso en pavimento resbaladizo. Además, la dirección es muy fluida, incluso con la combinación inusual de neumáticos de 18/16 pulgadas. En caminos sinuosos, la Calibro sigue perfectamente la trayectoria sin vacilar.
El sistema de frenado, cortesía de J.Juan, también hace bien su trabajo. En cuanto a la parte delantera, aunque la configuración es sencilla, tienes todo lo que necesitas en términos de potencia de frenado. La parte trasera es un poco más suave, pero sigue siendo efectiva para maniobras lentas. E incluso en pisos resbaladizos, el ABS solo se activa cuando es realmente necesario.