La realidad detrás de los motores diésel: 7 mitos que necesitamos desmentir
Los motores diésel han sido objeto de debate durante años, víctimas de numerosos mitos que han contribuido a su imagen negativa en el mercado. A medida que las ventas de vehículos diésel disminuyen, especialmente en regiones como España donde apenas representan un 10% del mercado, es crucial desentrañar los conceptos erróneos que rodean a estos sistemas de propulsión. Paradójicamente, en un mundo donde las opciones eléctricas ganan protagonismo, los motores diésel son más avanzados de lo que se percibe. Este texto busca aclarar y desmentir los siete mitos más comunes sobre los coches diésel, revelando la verdadera eficiencia, limpieza y durabilidad que estos motores pueden ofrecer.
El sector de los motores diésel ha sido objeto de numerosos mitos que han circulado durante años, afectando la percepción pública y, en consecuencia, sus ventas. Hoy, con una cuota de mercado en declive, es vital abordar estos mitos uno por uno para entender mejor la realidad detrás de los motores diésel. Este artículo busca desmitificar siete creencias comunes e incorrectas acerca de los vehículos diésel, desde su mantenimiento hasta su eficiencia, y proporcionar una imagen más clara y precisa de su funcionamiento.
Es más caro de mantener
Hay una percepción generalizada de que los coches diésel son más costosos de mantener. Es cierto que algunos repuestos pueden ser más caros, pero en contrapartida, la longevidad de los motores diésel es superior, permitiendo recorrer más kilómetros antes de llegar al final de su vida útil. Además, el mantenimiento de estos motores puede realizarse en intervalos más largos, lo que implica menos visitas al taller y un ahorro significativo a largo plazo.
Son ruidosos y sucios
Anteriormente, los motores diésel eran sinónimo de ruido y contaminación. Sin embargo, la tecnología ha avanzado significativamente. Ahora, estos motores son mucho más limpios gracias a innovaciones como el filtro de partículas y el sistema de reducción catalítica selectiva SCR, que han reducido considerablemente las emisiones de partículas contaminantes.
Tienen menos potencia
Otro mito recurrente es que los motores diésel poseen menos potencia. Aunque en el pasado podían ser menos potentes debido a la falta de turbocompresores, hoy en día, los motores diésel ofrecen altos niveles de potencia, comparables a muchos motores de gasolina de similar cilindrada, y presentan la ventaja de ofrecer un mayor par motor a regímenes de revoluciones más bajos.
Presentan dificultades de arranque en invierno
Si bien es cierto que en climas extremos un motor diésel puede tardar más en arrancar, la diferencia actual con los motores de gasolina es mínima. La tecnología moderna ha mejorado este aspecto con sistemas de inyección electrónica y calentadores como bujías de incandescencia, facilitando el arranque en frío.
¿Aceite vegetal como combustible?
Existe la creencia de que se puede usar aceite vegetal como combustible en motores diésel. Aunque en ciertos biodiésel se añaden aceites vegetales con el fin de reducir emisiones, verter aceite vegetal en el depósito puede reducir drásticamente la vida útil del motor. Es importante seguir usando combustibles diseñados para estos motores.
Peor funcionamiento a mayores altitudes
Contrario a la creencia popular, los motores diésel funcionan mejor en altitudes elevadas gracias a los turbocompresores, que compensan la menor densidad de oxígeno llevando aire fino a la cámara de combustión. Aunque pueda haber una leve reducción de potencia, el rendimiento sigue siendo mejor comparado con un motor de gasolina en las mismas condiciones.
Dejar un motor diésel al ralentí es bueno
El mito de que es beneficioso dejar un motor diésel al ralentí para que se caliente es falso. Los motores diésel actuales no necesitan esperas antes de arrancar el vehículo, permitiendo comenzar a conducir sin complicaciones desde el inicio.
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El futuro y la percepción de los motores diésel
En el escenario actual de la automoción, la percepción de los motores diésel enfrenta desafíos significativos. La disminución de su participación en el mercado, particularmente en regiones como España, donde su cuota podría caer al 10% en 2024, refleja un cambio hacia opciones más electrificadas.
Uno de los factores que ha contribuido a esta caída es la imagen negativa que los motores diésel han adquirido entre el público. Esta percepción no se desarrolla de manera aislada, sino que es alimentada por una serie de mitos y concepciones erróneas que han circulado durante años.
Desmentir estos mitos es crucial para entender el verdadero potencial y desventajas de los motores diésel. Un cambio significativo en su diseño y tecnología en las últimas décadas ha resultado en motores más silenciosos y limpios, desmintiendo la creencia de que son inherentemente ruidosos y sucios. Además, las innovaciones como los turbocompresores han incrementado su potencia, haciéndolos más competitivos.
Otro aspecto que tiende a ser malinterpretado es el inicio del motor en climas fríos. Gracias a mejoras tecnológicas, como la inyección electrónica y los calentadores, estas dificultades han sido notablemente reducidas.
Por otro lado, mitos en torno a sus capacidades a altas altitudes y el uso de aceite vegetal como combustible son revelados como falacias, mostrando que los motores diésel pueden incluso funcionar más eficientemente en escenarios de baja presión de oxígeno.
Finalmente, la creencia de que dejar el motor al ralentí es beneficioso se enfrenta con la realidad de que los motores diésel modernos no requieren tal práctica.
A pesar de estos malentendidos, los motores diésel todavía ofrecen algunas ventajas, como menores consumos de combustible y una vida útil prolongada. Sin embargo, la presión de regulaciones ambientales y el avance de la tecnología eléctrica presentan un futuro incierto para ellos.