La Indian FTR sale del mercado: un diseño agresivo, un motor potente, pero no lo suficientemente rentable.
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Es el final de una aventura bastante loca. Lanzada en 2019, la Indian FTR fue una apuesta atrevida para la marca estadounidense. Inspirada en el flat-track, rompía con el estereotipo habitual de los cruisers y baggers de la empresa. Un look deportivo, con mucho carácter; en resumen, una motocicleta con presencia. Pero, seis años después, Indian tira la toalla. Tras liquidar las existencias, la FTR se despedirá. ¿Demasiado atípica? ¿No encajó bien? Vamos a analizar esta decisión radical.
La Indian FTR: un ovni en la gama
Cuando Indian llegó con la FTR, sorprendió a todos. Usualmente, la marca se enfoca en cruisers imponentes, diseñados para las largas carreteras estadounidenses. Pero la FTR era otra historia; lejos de los pesados V-twins perezosos. Con un chasis tubular, suspensiones bien ajustadas y un motor potente, esta motocicleta transmitía competición.
Inspirada por las máquinas de flat-track, dejaba una fuerte impresión. Un bicilíndrico de 1,203 cc alojado en un chasis compacto, un diseño agresivo, y una posición de conducción más dinámica… En fin, un verdadero ovni en el catálogo de Indian. Y ahí radica el problema.
¿Por qué Indian detiene la FTR?
Indian fue claro sobre ello: la FTR es un nicho en su gama. No es precisamente el modelo que más llena las cajas. La marca prefiere redirigir sus inversiones hacia lo que mejor funciona: los cruisers y los touring. La declaración oficial habla de «posicionar la marca para un crecimiento continuo» y de «enfocarse en los modelos que representan el futuro». En otras palabras, la FTR fue un capricho, pero uno poco rentable.
Además, las normas antipolución se están volviendo más estrictas. Indian hubiera tenido que invertir para adaptar la FTR a las nuevas regulaciones, lo que no valía la pena dada las ventas mediocres. En lugar de mantener un modelo que no encaja, la marca ha decidido discontinuarlo.
Una pérdida para los amantes de las sensaciones
Si eres un fanático de los roadsters y te gustan las motocicletas que destacan, definitivamente es una mala noticia. La FTR era una de las pocas motos de este tipo entre los fabricantes estadounidenses. ¡No todos queremos manejar un cruiser con los pies por delante! La FTR traía un soplo de frescura, y su diseño audaz era impresionante. Sobre todo, era divertida de conducir. Un par potente, una parte ciclo reactiva, un estilo que dejaba huella… Tenía todo para atraer a los que buscan emociones fuertes. Desafortunadamente, no encontró suficientes adeptos para justificar su lugar en la gama Indian.